El parto en agua: la tranquilidad de nacer
El agua es un elemento que nos brinda confort y confianza, tal vez porque comenzamos nuestras vidas en el útero rodeados de líquido. En el parto, el agua ofrece un ambiente cálido, íntimo y relajado que respeta la naturaleza del proceso. No se trata de usar el agua como un fin, sino como un medio para que la mujer tenga autonomía y libertad.
Descansar en una tina con agua tibia facilita el progreso del trabajo de parto. La mayoría de las mujeres reportan una oleada de energía al sumergirse en el agua. Libres del peso de la gravedad y con una estimulación sensorial reducida, en un entorno de respeto y rodeadas de profesionales que entienden el proceso, el nacimiento se convierte en una maravilla.
El agua tiene un efecto analgésico natural sin efectos secundarios, aumentando la capacidad de concentración de la madre, enfocándola en el proceso de dar a luz. Además, proporciona elasticidad a los tejidos del perineo, reduciendo la posibilidad de laceraciones. La comodidad de la madre se transfiere al bebé, haciendo el parto más fácil también para él, ya que sus respuestas corporales están intrínsecamente ligadas.
- Efecto analgésico natural sin efectos secundarios.
- Aumento de la concentración en el proceso de dar a luz.
- Elasticidad a los tejidos del perineo.
- Mayor comodidad para la madre y el bebé.
- Libertad de movimiento en un ambiente familiar para el bebé.
- Mejor desarrollo de la fuerza muscular y menor irritabilidad para el bebé.
- Reducción del shock y la sobrecarga sensorial en el bebé.
- Un nacimiento suave y tranquilo.
El bebé nace directamente en el agua y es recibido por su madre. En el agua, tiene libertad de movimiento en un ambiente familiar, sus miembros se despliegan con mayor facilidad y su cuerpo tiene tiempo para organizarse fuera del vientre, proporcionándole un sentimiento de seguridad y mejor desarrollo muscular, además de menor irritabilidad. El agua mitiga el shock y la sobrecarga sensorial, haciendo que el nacimiento sea suave y tranquilo.
